¿Cómo leer textos académicos? Brevísima guía

19 09 2011

Mucho revuelo causa empezar un nuevo seminario y tratar de desentrañar lo que se entiende por «lectura crítica», «reporte de lectura» y similares, principalmente porque ambas cosas son parte fundamental de toda evaluación en nuestros días. Lo que hay detrás de este revuelo es una muy legítima pregunta: ¿cómo leer, en dónde poner la mirada? A nosotros, en tanto estudiantes como investigadores, esto nos interesa no sólo por la evaluación o las necesidades de un curso, sino porque a lo largo de nuestra práctica nos veremos en la necesidad de hacer concienzudas revisiones de textos teóricos, metodológicos y empíricos a los cuales «hay que extraerles algo».

¿Cómo hacerlo? Bueno, si buscan en internet hay cantidad de propuestas y aproximaciones, lo mismo en algunos buenos libros de texto metodológico. Aquí yo les presento una propuesta que me pareció simple y parsimoniosa, hecha por Fernando Leal Carretero, académico de la UdeG y que se ha destacado en los últimos años por sus estudios en el área de la investigación, la metodología y la filosofía de la ciencia. La propuesta parte de reconocer algo muy sencillo: todo texto científico (sea un libro completo, un capítulo o un artículo de investigación) es una larga sucesión de preguntas, procedimientos para resolverlas y conclusiones. A partir de ahí, Leal nos propone hacerle a esta clase de textos tres grupos de preguntas esclarecedoras de sus intenciones:

1. Objetivos del texto
¿Qué es lo que el documento contiene? ¿Qué se plantea por objetivo?
Esto suele ser muy evidente, basta con ojear la estructura formal del texto y leer muy atentamente los primeros párrafos, pues suelen contener un outline o esbozo de la clase de argumentos que se van a desarrollar a continuación.

2. Base analítica
¿Cuáles son las preguntas que se intenta responder con este texto? ¿Cuáles son las hipótesis que sostienen la argumentación? ¿Qué es lo que el autor quiere decir o explicar?
Estas preguntas lo que buscan resaltar es la base analítica del texto: las preguntas que detonaron la argumentación, las hipótesis que el autor tiene y que buscará probar verdaderas o falsas y en cierta manera el modelo de comprobación que guía la elaboración del texto. El problema aquí es que esto no suele ser evidente en los textos, especial y paradójicamente en los artículos de investigación. Pocos autores sueltan tales prendas, sea por cuestiones estilísticas o editoriales o porque simplemente no se lo plantearon como algo necesario (los artículos de investigación la inmensa mayoría de las veces sólo reseñan la parte «triunfante» del proceso: la recogida de datos, el análisis y las conclusiones a las que llegaron, haciendo poco hincapié en la base analítica). Aquí hay que hacer un ejercicio de lectura reconstructiva, de buscar detrás de los argumentos iniciales esas ideas que sugieren la existencia de preguntas e hipótesis y hacerlas explícitas. Hacerlo es importante, sobre todo cuando estamos haciendo una revisión del estado de la cuestión, porque nos permite identificar tendencias argumentativas en los temas que nos interesan.

3. Evaluación
¿Qué tan bien hecho está el documento? ¿Alcanza sus objetivos? ¿Cómo lo hace/hizo? ¿A qué conclusiones llega?
Es aquí donde está la base de toda buena crítica a cualquier documento. Sabiendo los objetivos del autor y las preguntas que tiene, lo que resta es saber si logró cumplir con lo planteado y responderse lo preguntado. En el proceso de saberlo, es necesario reparar en los procedimientos utilizados por el autor para hacerlo. Muchas veces nos encontraremos artículos que plantearon unos objetivos y unas preguntas y terminaron olvidándose de todo esto para hacer unas conclusiones incendiarias que poco o nada tienen que ver con lo inicialmente dicho (y esto pasa con alarmante frecuencia en las tesis, por cierto). Esos son los peores, pero también sucede que pocas veces reparamos en eso porque las conclusiones están «bien presentadas» de acuerdo a cierta lógica interna del texto. Si ya explicitamos toda la base analítica, lo que esperaríamos es que esta se respetara. Ahí reside la evaluación crítica al texto.

Como ven no es nada más «buscarle peros a los textos» (parafraseando al Dr. Leal), es un ejercicio de lectura que antes que crítica, es interrogativa. Lo que hacemos es que los autores de estos documentos nos hablen claramente de sus intenciones, antes de «dárselas por buena».

Espero que esta breve guía les sirva, la vamos a estar explorando mucho en nuestro curso.


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